20 años no es nada… 63, tampoco

 Publicada originalmente el 23 de abril del 2025.



    Saludos itinerantes, espero que se encuentren muy bien y que hayan pasado un buen receso de Semana Santa, en nuestro caso, con mi esposa, participamos con mucho júbilo de las celebraciones litúrgicas de nuestra parroquia.

Decía Gardel en uno de sus célebres tangos:

    Volver con la frente marchita

    las nieves del tiempo platearon mi sien.

    Sentir que es un soplo la vida,

    que veinte años no es nada

    que febril la mirada, errante en las sombras

    te busca y te nombra…

     Bueno, pues resulta que unos vecinos míos, don Gabriel y doña Eucaris, hoy 23 de abril, están cumpliendo nada más ni nada menos que 63 años de vida matrimonial, cosa que me causó una gratísima impresión, porque no suelo encontrar matrimonios tan duraderos.

    Con ellos junto a otros vecinos del sector que habitan, comenzamos un acercamiento a través de un grupo de oración el cual tengo la oportunidad de compartir semanalmente desde noviembre del 2024.

    Con cinco hijos, siete nietos y una bisnieta, además del afecto de sus vecinos, este matrimonio ha sabido llevar a buen puerto toda una vida con sus altas y bajas, pero siempre fiel a los votos que se prometieron cuando contrajeron nupcias.

    Oriundos de la Vereda La tolda en Barbosa, Antioquia, doña Eucaris nos contó que habían sido vecinos de toda la vida, y que, en algún momento de ese camino, siendo ella muy joven (tenía 16 años cuando se casó) decidió aceptar los lances amorosos de ese joven de 21, recibiendo a su primera hija dos años más tarde. 

    Como en cualquier relación marital, han tenido sus altas y sus bajas, pero el hecho de haber llegado a este punto de sus vidas da cuenta de un nivel de compromiso encomiable, y cuando los veo, noto en ellos una gran tranquilidad por aquello del deber cumplido, compartiendo los momentos de la mejor manera posible.





    Ya en otros momentos les he contado mi parecer sobre el matrimonio, es un estado de vida que me gusta muchísimo, máxime cuando se vive con compromiso y en armonía con Dios. Me duele mucho cuando me doy cuenta de rupturas que se dan en las parejas por diversas circunstancias, unas más serias que otras, sean estas al poco o al mucho tiempo de tener una convivencia, lo que me lleva a pensar que no todas las personas pueden afrontar semejante responsabilidad, ya que la vida marital implica muchos sacrificios, porque se pasa de una individualidad a un compartir con alguien ajeno a tu vida, pero ese alguien, es la persona por la cual se opta con libertad de conciencia y con quien se va a estar dispuesto a compartir tanto lo bueno como lo malo. 

    Y tristemente hay ocasiones en que las personas, llegan a puntos de quiebre que los hacen dudar de su compromiso, ¿por qué?, cada uno podrá tener su respuesta, ya la cuestión es qué tan válida será.

    Me gustan los buenos matrimonios, aquellos llevados con armonía, trabajo, interés, participación, dedicación y entrega, los que están dispuestos a afrontar los momentos difíciles, recordando aquello de “en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, todos los días de la vida” pero cuando alguno de estos aspectos falla, y si pese a pedir ayuda se sigue fallando, es mejor no insistir, aunque me duele decirlo. Es preferible una ruptura a un calvario constante.

    Así que hoy quiero felicitar a esta bella pareja de esposos, don Gabriel y doña Eucarias, a sus hijos, nietos y bisnieta, y a todos sus familiares y amigos, por el regalo maravilloso de toda una vida compartiendo lo bueno y lo malo, ya que eso es un claro ejemplo para todos nosotros de lo que se logra con amor, perseverancia, dedicación y fe en Dios. Que sean muchos más llenos de cosas maravillosas. Salud.

 

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