Cuando del afán no queda sino el cansancio
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Seamos honestos ¿Cuántas veces se han enojado ustedes consigo mismos por pendejadas? la que sea: ¿malas decisiones, cosas que dejaron de decir o cosas que dijeron, equivocaciones en una receta de cocina?. Si les ha pasado, entonces me van a entender a las mil maravillas.
Desde
hace días, le vengo haciendo cacería a alguna promoción de tiquetes aéreos para
poder viajar a Bogotá y de ahí a Villao. El domingo me llegó un correo de una
aerolínea a la cual estoy adscrito justamente para esas notificaciones, con una
promoción que se mostraba bastante llamativa. Ingresé al portal, seleccioné los
puntos de partida y destino, los pasajeros y las fecha, y el resultado fue
sumamente halagador, tiquetes a $30.000, de ida, con lo que mi pulso se aceleró
de emoción, cosa que le manifesté a Doris de inmediato.
Seguí el proceso y los tiquetes de regreso andaban un poco más altos, pero todavía muy favorables, lo que nos llevó a decantarnos por la oferta para poder hacer del viaje una realidad. Así que hice todos los pasos, desactivé las casillas de verificación para quitar los servicios adicionales, y se llegó el momento del pago por $150.000 y algo, una verdadera ganga. El lio fue cuando me llegó la notificación del banco, anunciando un pago por algo más de $600.000. Debo decir que dije la grande con el complemento “me robaron”.
Así que, sin pensarlo dos veces, me puse a revolver en la página para buscar ya fuera un chat en línea o un número de contacto para comunicarme inmediatamente. Hay que decir que el pago fue legal, ya he realizado pagos así antes con la aerolínea. Andaba entonces rastreando en la página, cuando, con el rabillo del ojo, algo llamó mi atención, un pequeñísimo logo de una bandera de un país del cono sur, con lo que al fin entendí lo que había pasado: estaba en un portal diferente al colombiano.
Ya con esa información y más enojado conmigo mismo por semejante omisión, encontré el espacio para contactar la compañía, les escribí refiriendo la novedad, indicando que solo hasta después del pago me percaté de mi equivocación… y nunca respondieron el chat, así que opté por lo que consideré más sensato, solicitar la devolución del importe pagado desde el sitio habilitado para tal fin en el portal. El trámite en sí no resultó demorado, pero la devolución si lo va a ser, porque el portal me advirtió que podría tardarse hasta 45 días antes de que se haga efectivo.
La
historia ha dado para varios chistes en la casa. Mi nieta mayor, que estuvo
escuchando lo sucedido, muy oronda subió a nuestro cuarto y pregunto qué cuándo
íbamos para Chile. Doris, que suele ser de risa fácil, aprovechó para
preguntarme que, si para ir país austral solo se necesitaba el pasaporte, a lo
que respondí que sí, a lo que ella respondió con una sonora carcajada, con lo
que caí en la cuenta del chascarrillo.
Debo decir que inicié a escribir esta letra inmediatamente paso el percance, aprovechando el calor del momento y de paso para que me sirviera de terapia para bajar mi enojo. No han sido pocas las veces que he peleado conmigo mismo, por diversas causas. Los resultados por lo general han servido para reflexionar, ya que después de cada pelea propia, suele resultar algo enriquecedor para mi vida, como por ejemplo en este caso puntual, fijarme muy bien dónde carajos estoy parado cuando estoy navegando en la web.
Por
lo pronto, el viaje se aplaza hasta nuevo aviso… huelga decir que de momento no
me siento nada satisfecho con la respuesta de la aerolínea, me parece una
demora sumamente larga para la devolución y eso que falta ver que me descuenten
o no algo por el procedimiento.
Hoy jueves estoy complementando esta historia porque traté de comunicarme con ellos vía telefónica, pero en cada caso me derivaron a un chat de respuesta automática, ya que tengo muchísimo interés en conocer la respuesta a la pregunta de por qué tanta demora, cuando uno realiza los pagos de forma inmediata, aunque en el portal decía que por procedimientos y validaciones. Al momento de escribir estas líneas, me encuentro en la posición 17 en la cola para ser atendido en el chat de la aerolínea, falta ver cuánto más tenga que esperar para mi respuesta.
Me
fue mejor la primera y única vez que compré una prenda de vestir en un plan
separe, un pantalón del que me había antojado. Ese día llegué al almacén con mi cuota inicial,
lo embolsaron pegando un adhesivo con mi nombre y luego de tres pagos
consecutivos me lo entregaron tal cual lo habían guardado.
Que
recuerde, es la primera vez que me veo en una situación semejante, lo que me
muestra que todavía estoy en posibilidad de tener primeras experiencias, pero
esta en particular no me ha parecido muy agradable que digamos. Espero
contarles después, tal vez en seis semanas, cómo acabó de ir el tema de la
devolución. Por lo pronto, mi sugerencia es que se fijen muy bien dónde se
paran cuando estén navegando, no vaya y sea el carajo terminen pagando en dólares
o euros lo que estaban pensando pagar en pesos.
Ah, una nota final, del chat me respondieron casi dos horas después, diciendo exactamente lo mismo que decía la página, con el agregado de que podría ser antes la devolución y que me van a reintegrar la totalidad del valor, ya solo queda tener paciencia y esperar. Recuerden comentar, compartir y suscribirse al blog. Un abrazo.
Excelente Martín que nos compartiste esta experiencia, porque deja valiosas enseñanzas! Un abrazo🤗😎
ResponderEliminarEs bueno compartir experiencias, porque de ellas se aprende mucho
EliminarLo siento Martin! Pagaste el dólares al parecer y no en pesos… yo para comprar tiquetes que suelo hacer con bastante frecuencia para mí y mi familia, me fijo en absolutamente todo, la página de quien los vende, los datos que piden, la moneda en la que cobran, el año de las fechas de viaje, etc, porq también me han pasado muchas cosas en el pasado. Y aún me siguen pasando 🤣
ResponderEliminaren realidad pagué al cambio del peso chileno, pero igual salió muy caro
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