Recuerdo de cine

 Publicada originalmente en Facebook el 17 de enero del 2022

Tomado de https://goo.su/dJbrYFu

   Hola a todos, espero que se encuentren muy bien.

   Imagino que muchos de ustedes han escuchado aquella frase que dice que “entre gustos, no hay disgustos”. Hoy quiero referirme a una faceta de este adagio, el gusto por el cine, esto motivado por algo muy particular que ha ocurrido este fin de semana en mi casa.

   Como primera medida, no soy experto en cine, mi termómetro cinematográfico se rige por me gusta muchísimo, mucho, poco o nada y cosas que para mí pueden ser buenas películas seguramente despertará pasiones encontradas en aquellos cinéfilos más consagrados.

    Desde muy temprana edad me ha gustado el cine, aunque debo admitir que me decanto más por lo comercial, sin que les haga el feo a muchas bellas piezas cinematográficas de otra índole, siempre teniendo referente mi gusto personal. Hasta hace, que se yo, unos 25 años, los estrenos que llegaban a nuestras salas de cine no eran tan abundantes. Hoy en día tenemos estrenos prácticamente cada semana y no solo uno o dos, francamente el séptimo arte se ha encargado de saturar el mercado con una gran oferta en donde muchas veces se torna complicado el elegir.

    En el barrio donde me crie, Fontibón, había dos salas de cine, el Avirama y el Milán, mismas que fueron clausuradas hace ya mucho tiempo, pero fue en el Avirama donde tuve mis primeros acercamientos a los matinales del domingo y en donde en muy contadas excepciones, llegué a ver la sala llena. De esas lejanas memorias, recuerdo algunos títulos que han dejado un recuerdo muy perdurable en mi persona, en especial por el impacto que causaron en esa pequeña comunidad donde crecí y que lograron teatro atiborrado a más no poder.

   La primera, Tiburón (Jaws), ese clásico de 1975, de Steven Spielberg, basada en la novela homónima de Peter Benchley.  Es el recuerdo más antiguo que tengo con mi padre yendo al cine, luego de lo cual, salimos al parque principal a comer empanadas con gaseosa. Lo que no he podido precisar en mi memoria es cuándo la vimos, aunque si recuerdo que estaba muy niño aún.

    La siguiente en este derrotero fue Superman, la película, del año 1978, dirigida por Richard Donner y protagonizada por el inolvidable Cristopher Reeve, para muchos de nosotros, el mejor rostro del hombre de acero, sin demeritar el trabajo de muchos otros actores que se han puesto la capa del último hijo de Kriptón. Todavía puedo recordar la emoción que me causó, no solo a mí, sino a todos en la sala, al ver la escena donde volaba a rescatar a Louise y al helicóptero o la frenética persecución de los misiles, recuerdo que la gente estaba muy emocionada y gritaba y aplaudía con gran entusiasmo.

    La número tres fue nada más ni nada menos que Aliens, el regreso, del año 1986, dirigida por de James Cameron, y debo decir que es una de mis películas favoritas, no solo del género de ciencia ficción sino del cine en general, tanto que la veo con alguna regularidad, aunque prefiero la versión extendida. En esta película literalmente se vendieron hasta los puestos de las escaleras, el alboroto que causó esta cinta en su momento fue apoteósico.

    La cuarta que me trae este recuerdo de sala llena fue una bélica, Rambo II, dirigida por George P. Cosmatos, con el grandote de Sylvester Stallone, encarnando al rudo soldado con una gran crisis existencial. Esta cinta, como muchas otras ha generado cientos de divisiones y opiniones encontradas, pero eso podría ser tema para otra nota.

    Todo esto lo traigo a colación a raíz de una anécdota que ha ocurrido este fin de semana en casa, Mariángel mi nieta menor, pasó el fin de semana con nosotros y ha visto al menos 6 veces la misma película, Hotel Transilvania Monstruos en vacaciones, y es tal el cariño que le tiene que, prácticamente, se sabe los diálogos, los ubica con una facilidad enorme y le encanta bailar la Macarena que suena casi al final.

  ¿Saben algo?, creo que entiendo a mi nieta, a ella le pasa lo mismo que a mí con Aliens, simplemente hay cosas e historias que nos marcan de una manera muy significativa, y muy seguramente ella recordará por mucho, mucho tiempo, cuanto le gusta esta película.

   Y una ñapa, donde recalco aquello que entre gustos no hay disgustos. En 1989, cuando presenté mi examen del Icfes, que era de dos jornadas por esas fechas, el sábado, finalizado el primer día de pruebas, fui a descansar mi mente con Chuky el muñeco diabólico parte 1. Qué puedo decir, era joven.

    Aquí podría enunciar un montón más, pero no es la idea, baste decir que cada vez que tengo la oportunidad, compartimos en familia una ida a cine, porque es un plan que nos gusta mucho y favorece bastante la promoción martes a mitad de precio.

    Otro día les hablo de lo que pienso de algunas adaptaciones cinematográficas de algunos de mis libros favoritos, que es de donde se alimentan muchas de las películas que vemos desde hace años.

    Y ustedes, qué películas les traen recuerdos, cuál es su favorita. No olviden compartir y comentar. Un abrazo y hasta la próxima.


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